SAN ONOFRE

San Onofre fue un hombre que se convirtió en ermitaño para alejar los placeres mundanos de su vida y encontrar el amor de Dios, sus enseñanzas son veneradas en el mundo y lo convierten en el patrón de los trabajadores.

De este santo se conoce que nació en lo que ahora se llama Etiopía y fue el hijo de un rey egipciaco o abisinio, su padre dudaba de la lealtad de su esposa por influencia maligna y pensaba que Onofre era un niño bastardo, por ello puso a prueba al niño.

La historia cuenta que el rey lanzó a su descendencia a las llamas para probar si el pequeño Onofre era fruto de una relación adúltera, el bebé salió ileso de las llamas, demostrando que si era hijo del rey. Esta podría tomarse como la primera prueba de la divinidad del santo.

Cuando era un niño, el santo fue enviando a un convento de Tebaida egipciaca, junto a más de cien monjes que vivían en el desierto, ellos le hicieron conocer la palabra de Dios y compartieron sus enseñanzas con él.

Los monjes vivían equitativamente entre ellos, compartían su voluntad, la escritura, eran un solo espíritu y corazón, en el desierto alejados de los altibajos de las sociedades a su alrededor, servían todos al Señor y le brindaron a Onofre la doctrina sagrada desde su juventud.

Gracias a los monjes el santo experimentó como llevar un estilo de vida regular, lleno de amor fraternal, estos le enseñaron como desempeñar los mandamientos de Dios.

Entre los ejemplos de acercamiento a Dios que los monjes le contaban a Onofre resaltaba el cuento del Padre Elías o el bendito Juan Bautista cuya historia está plasmada en el Nuevo Testamento.

Esto despertó la curiosidad en el santo quién preguntó a sus maestros a qué se debía la fuerza de esos hombres, los monjes respondieron que los que viven sin la ayuda de otro ser humano son mucho más fuertes que ellos.